La historia de Serafín se remonta 15 años atrás, cuando Tico trabajaba en una cafetería en Dublín, Irlanda. No sabía hablar el idioma y comenzó desde abajo, limpiando platos. Con el tiempo, aprendió el funcionamiento de la gastronomía.
Después de tres años en la cafetería en Dublín, regresó a Argentina y estudió derecho, cumpliendo con las expectativas de su familia compuesta de abogados. Sin embargo, después de obtener su título, su padre lo premió con un viaje al sudeste asiático, donde descubrió las cafeterías de especialidad y se enamoró de ellas.
De regreso a Corrientes, Tico y su esposa Emilia decidieron abrir su propia cafetería siguiendo el concepto de cafetería de especialidad. Comenzaron con tres mesas, pero durante la pandemia, tuvieron la oportunidad de expandirse y ahora cuentan con 20 mesas. Además, abrieron una segunda sucursal en Resistencia.
La cafetería se llama Serafín en honor al hijo de Tico y su logotipo incluye una taza con alas, haciendo referencia a los ángeles (serafines). Serafín se destaca por tostar su propio café y ofrece granos de origen brasileño, colombiano, africano y boliviano.
Tico también recomienda que los visitantes prueben la pastelería casera de Serafín, destacando especialmente los alfajorcitos de manteca hechos por su madre.
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