Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son el reflejo de la crisis. Sucede que al momento de buscar financiamiento algunas no acuden al sector bancario o al mercado de capitales, sino que muchas han implementado la reducción horaria, eliminando horas extras y reduciendo los turnos laborales. Todo ello con el objetivo de abaratar costos.

Un ejemplo de esto es el acuerdo con gremios para trabajar solo 15 días al mes, lo que implica operar al 50-60% de capacidad. A pesar de estos esfuerzos, los costos fijos continúan al alza, sobre todo, aquellos relacionados con servicios como agua, gas, electricidad y logística, cuyos incrementos superan el 400%, muy por encima del aumento en el precio de los bienes producidos, denuncian desde el sector.

Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), señala con respecto al financiamiento que, hoy, los bancos tienen liquidez, están ofreciendo crédito, financiamiento a una tasa del 30%, 29% y por lo que en ese sentido no hay problema. “El tema es que no hay una gran demanda porque las inversiones están por el momento paralizadas”, asegura.

Rosato destaca que hoy se da una oportunidad de acuerdo al tipo de cambio que rige para inversiones en maquinaria y bienes de capital, “pero todavía no hay ninguna respuesta contundente en cuanto a inversiones en bienes de capital”. E insiste que oferta sí hay, pero no se está tomando debido a que en el mercado escasea la demanda.

Alejandro Bartalini, empresario metalúrgico, aborda en charla con este medio la dificultad que enfrentan las pymes para financiarse, no solo por las tasas de interés, que aunque son más bajas que el año pasado, siguen elevadas, sino por la baja actividad económica en muchos sectores.

“A pesar de que algunos sectores relacionados con la energía continúan creciendo, el resto de las industrias experimenta una caída significativa en las ventas, lo que dificulta aún más la toma de decisiones sobre nuevos créditos para inversiones”, analiza.

Para el empresario, las actuales oportunidades de financiación solo son viables en sectores de la economía en los que la producción se mantiene activa. En cambio, aquellos rubros del mercado interno que vieron una caída de entre el 20 y 30% en su actividad no tienen incentivos para realizar inversiones a corto plazo. “Por lo tanto, la decisión de tomar financiamiento es cada vez más complicada para las pymes en estos contextos de baja demanda”, asegura.

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