El mercado respondió rápidamente a la señal que envió el viernes Luis Caputo, luego del cierre de las operaciones. En el llamado a licitación para este martes, Economía no incluyó títulos a tasa fija (solo bonos atados a la inflación). La repercusión fue inmediata: desde la apertura de este lunes, las Lecap y los Boncap se dispararon y continúa la compresión de la curva de rendimientos.

En la licitación de esta semana, el Tesoro enfrenta un monto de vencimientos considerablemente más bajo que en las colocaciones previas: $1,6 billones. La Secretaría de Finanzas aprovechó esa circunstancia para realizar un cambio de estrategia. Dejó fuera del menú de la subasta tanto las Lecap como los Boncap, que habían sido los protagonistas de las últimas semanas ante la caída en la expectativa de inflación implícita en los activos financieros.

Las subas de las letras y bonos capitalizables a tasa fija hicieron comprimir sus rendimientos significativamente respecto de los niveles convalidados por el Gobierno en la licitación pasada. Además, como el rally se concentró en mayor medida en las Lecap largas y los Boncap, la curva se invirtió. Esto significa que las letras cortas pasaron a rendir más que los títulos más largos, lo que refleja que el mercado espera que el IPC siga en baja y que, por ende, las tasas en pesos sean menores en el futuro.

En la city se interpretó la decisión de no incluir estos instrumentos en la subasta de este martes como un mensaje de que el Gobierno no convalidaría las tasas que había en el mercado secundario al cierre de la semana pasada, incluso a pesar de que ya habían comprimido bastante. ¿Por qué? “Porque quieren dar la señal de que la inflación seguirá desacelerando y que, entonces, van a volver a colocar tasa fija cuando los rendimientos recortaran aún más”, le dijo un operador a Ámbito.

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